De la mano de sus concesionarios oficiales, New Holland Agriculture, marca perteneciente a CNH Industrial, posee presencia en cada punto del territorio argentino. Para celebrar el Día de los Enamorados, conocemos las historias de las familias Rodríguez y Oleachea, enamorados del campo argentino.
Juan Carlos nació en Laguna Larga, Córdoba, y hace más de 40 años conoció en un baile del pueblo a Mónica, quien llegaba desde Oncativo. Fue amor a primera vista, estuvieron de novios algunos años de su juventud y al poco tiempo decidieron formar una familia y vivir juntos en Oncativo, localidad agro-ganadera por excelencia.
“Nos conocimos en un baile en Laguna Larga en nuestra juventud. Teníamos 16 y 17 años, estuvimos 5 años de novios, nos casamos y desde entonces estamos juntos. ¡Toda una vida!”, comentan entre risas mientras calculan hace cuánto transitan sus vidas compartidas.
Una vez casados, comenzaron a trabajar juntos y en poco tiempo cumplirán cuatro décadas compartiendo el ámbito personal y profesional. “Los dos tenemos familia de campo, aunque en realidad la que tiene más presencia es la familia de Mónica, su padre es quien nos incentivó y ayudó a convertirnos en productores”, comenta Juan.
Mónica y Juan Carlos tienen tres hijos, dos varones y una mujer. El mayor de ellos, Ezequiel, con quien formaron una sociedad, se dedica también al trabajo rural desde Tintín, localidad de Santiago del Estero. Una tradición que sigue creciendo.
“Como toda persona de campo, nos adaptamos a todo. Somos productores y también contratistas, tenemos algo propio pero también alquilamos algunas hectáreas en Oncativo, Las Varillas y en Santiago del Estero. Hacemos servicios de siembra y fumigación”, cuenta Juan, a lo que Mónica agrega: “Incluso tenemos un criadero de cerdos y manejamos algunos camiones. Hacemos de todo un poco”.
La familia Rodríguez es cliente de New Holland Agriculture desde hace poco más de 5 años, cuando a través del concesionario Bartolomé Cerruti renovaron sus equipos adquiriendo dos tractores T7.240. Además, aún conservan un clásico New Holland 14.90 del año 1993, máquina que les quedó del padre de Mónica.
Apasionados de la familia y el trabajo rural
Fernanda y Alejandro Oleachea cumplieron, hace pocos meses atrás, 30 años de casados. Al igual que Juan y Mónica, también se conocieron en un baile del pueblo, ¡y nunca más se separaron!. Nacidos y criados en Olavarría, al día de hoy continúan en esta ciudad destacándose como productores agrícolas.
Allí, además, criaron a sus dos hijas, la mayor que estudió Administración en Producción Agropecuaria y la más chica que está actualmente estudiando veterinaria y que en ocasiones ayuda a su familia en la empresa.
“El que tiene familia de campo es Alejandro. Su bisabuelo empezó a trabajar en la tierra y desde ahí se fue transmitiendo esta tradición. Alejandro trabaja en el campo desde los 17 años”, cuenta Fernanda, quien se sumó a la sociedad con su marido. “A nuestras hijas también les gusta mucho, de hecho estudian carreras vinculadas al agro y la ganadería”, cuenta.
Los Oleachea poseen una explotación agrícola donde Alejandro realiza las tareas vinculadas al manejo de máquinas y coordinación de servicios (principalmente cosecha de cebada, trigo, maíz, alpiste o soja) y Fernanda administra la sociedad, aunque “muchas veces me subí a algún tractor o cosechadora para ayudar cuando hacía falta y cubrir algún puesto en horas de almuerzo. Soy el comodín cuando estamos en época de cosecha”, añade Fernanda, una verdadera Mujer en Campaña.
Al consultarles si es posible compartir vida personal y laboral en pareja, no dudaron ni un segundo, “Si, claro. Es posible vivir, formar una familia y trabajar juntos. Estamos juntos hace 30 años así que somos la muestra de ello”, dice Alejandro. Fernanda agrega: “Es importante poder acompañarnos en todo momento. Hay que saber entender también cuando estamos cansados, estresados o preocupados por la lluvia y lo que eso implica. Saber que no hay fines de semana ni feriados, que tenemos que estar para el campo todo el tiempo. No es fácil para todos, pero se puede. Es nuestro segundo amor”.